lunes, 22 de septiembre de 2008

Momentos Azules: En ella, con ella y para ella



Momentos de inspiración llenos de mensajes que han penetrado en mi ser interior y que, a pesar de las dificultades casi insoportables, su voz especial, su mirada transparente y su personalidad me han guiado y orientado hacia una alegría y una felicidad mayor. Estos momentos han sido fuente de inspiración y comprensión.

© volcagarrotxa (02/09/2008)


Momentos preliminares
Llegó el martes, llegó la noche, sin aviso previo, sólo apareció la luna en cielo negro oscuro. Ese día, sin tener conocimiento de ello, iba a ser diferente, iba a ser especial. Ante mi mirada apareció una muchacha, parecía tan pequeña, con unos ojos azules intensos como el mar, azules intensos como el cielo. Ese día apareció Virginia. Con su voz, con sus gestos, con sus palabras, impregnó la sala de música y dulzura. En ese instante cambió mi esencia, cambió mi vida. Fue una casualidad, podía haber desviado mi mirada a tantas otras imágenes y en cambio se detuvo sobre ella. Evidentemente, ella estaba allí para hacer realidad su sueño. Pero, ¿y yo?, ¡quién sabe por qué había reparado en ella! El destino es así. Quizás fue su voz auténtica. Quizás fue su sensibilidad. Quizás fue su fragilidad. Quizás fueron las palabras pronunciadas en medio del silencio como respuesta a ésa pregunta de unos de los allí presente. O quizás fue la suma de todas esas cualidades que despertaron en mí esa atracción visual y emocional.

Ese día, el tren del tiempo se detuvo allí y empezó una nueva forma de vivir para mí. Ese día, me di cuenta que empezaría a contar los días. Empezaba la cuenta atrás del día en que volvería a detenerme ante ella. Anduve y anduve. ¡Qué pequeño es el tiempo y qué grande es el camino a recorrer!


Momentos de disciplina y fuerza
Muchos fueron los presentes y pocos los elegidos. Ella fue elegida. Estaba en medio de una sala revestida de sonoridad musical, repleta de damas y caballeros, esclavos de su propio destino, aunque ninguno advirtió la presencia de una mujer vestida de azul. Noche tras noche, día tras día, rechazaron su personalidad, su forma de ser. Les faltó la comprensión, les sobró la envidia. Su voz era lo suficientemente especial para hacerla diferente del resto, su sueño era lo suficientemente deseado para fortalecer su personalidad, su responsabilidad era lo suficientemente grande para avanzar en su aprendizaje y crecer como artista.

De todos los rincones de ésa sala, pude inspirar, como regalo, sus momentos de responsabilidad, sus momentos de disciplina y sus momentos de fuerza. Estos momentos convirtieron sus pensamientos y sus sentimientos en sus propias creaciones. Su crecimiento surgió con la elección de caminos desafiantes. La falsa seguridad del camino fácil, aunque su sabor sea dulce, no le hubiese permitido prosperar. Quizás su alma se hubiese estancado.El avance hacia la superación de las tareas aparentemente imposibles, el recibir cada desafío como una bendición le ha brindado la oportunidad de crecer, de avanzar, con paso firme, hacia la consecución de los sueños. El aparente fracaso convertido en éxito, por la realización de esas tareas, introduce una mayor consciencia de sus capacidades.

Mi princesa recorrió el trayecto con perseverancia, constancia y determinación. Llegó a la última parada alcanzando grandes logros y desde allí la apertura de nuevos horizontes, llenos de magia, armonía y libertad. A cada instante, agradeció las enseñanzas recibidas, aunque algunas de ellas le hayan traído dolor; bendijo cada circunstancia como una oportunidad de aprendizaje. El verbo aprender, sin dolor, ofuscaría la búsqueda por la verdad; sin verdad no habría consciencia; sin consciencia no habría entendimiento; sin entendimiento desaparecía la sabiduría y con ella toda opción al crecimiento.


Momentos de juicios
Durante este tiempo de estancia en el corazón de miles de personas, las opiniones de personas dispares han llovido sobre Virginia. Desde el sillón de mi morada, gritaba fuerte y claro: ¡No te afliges! ¡No te preocupes! Piensen lo que piensen de ti, digan lo que digan de ti, son sencillamente una forma más de juicio. Virginia, ¡lucha!, ¡No desfallezcas! Tu sueño está ahí, íntegro y firme.
Los que opinan tienen su perspectiva limitada por el miedo, la rabia y la envidia. Esas opiniones son sólo reflejos de lo que piensan de sí mismos. Ellos no te conocen, ellos no conocen la vida, no aman todas sus manifestaciones de la vida. La única opinión válida es la que debe tener tu propio ser.
Ella misma crea la realidad con sus actitudes y creencias con respecto a si misma. Su vida debe seguir así, debe seguir aprendiendo a vivir con amor por ella misma. Haga lo que haga o vaya donde vaya, sus opiniones sobre ella la acompañarán. Si se continúa aceptando tal como es, sin juzgarse ni condenarse, ocurrirán grandes cambios, cambios más grandes de los que está viviendo en este momento.


Momentos de amistad
Quisiera, desearía que sus amigos le hablen de la verdad y la sabiduría, sin usarlas como armas. Más que nunca, mi niña necesita que se dediquen a su prosperidad y no a sus aparentes carencias o limitaciones. ¡Cuánto me gustaría estar con ella! Dejaría que fuese, sin juicios ni acusaciones. Nutriría su crecimiento a su debido tiempo. Nunca la convertiría en lo que no es. Sus amigos le hablaran de sus diferentes perspectivas, no como consejos, sino para ofrecerle más conocimientos sobre las oportunidades para afrontar su nuevo camino. Mi niña, mi mujer, mi Virginia: el mejor consejo no es seguir los consejos de los demás, sino fundamentalmente los propios.

Cuando encuentre a personas que sean todo esto, los debe apreciar muchísimo y convertirse en su amiga. Sé que es un sueño formar parte de su amistad. La distancia está aquí no permitiendo el acercamiento, no evitando el desconocimiento. Pero aun, con la existencia de esta lejanía, guardo en silencio, mi amistad hacia ella.


Momentos de humildad e integridad
Virginia está envuelta de humidad. No ha buscado reconocimiento, no ha hecho campañas con un arrogante fariseísmo ni alardeado con engreimiento para justificarse. Ha dejado de lado el YO. Esa humildad le ha permitido soportar el dolor infringido en más de una ocasión por algunos de los seres que la rodeaban. Con su humildad ha eliminado la vanidad y el orgullo, ha ensanchado la puerta de su corazón. ¡Qué lástima! La humildad tenía que haberse apoderado de los muchos otros. ¡Quizás!, y digo quizás, palabras como vulgaridad, soberbia y envidia no se hubiesen escuchado una y otra vez.

La integridad de ésta chica azul ha quedado plasmada con su sinceridad y transparencia. Unos creen que se llega a la integridad siendo perfectos. ¡No, no! ¡No debéis pensar esto! La perfección es un ideal al que uno puede aspirar siendo autocrítica con uno mismo, como ella lo ha hecho. Aunque, la sinceridad y la integridad son las cualidades que pueden hacer realidad ese ideal. A ella le pido, que siga igual, que en su aspiración de grandeza y perfección, sea amable consigo y con los demás. Y cuando llegue a conocerse a sí misma, halle su divinidad y sus limitaciones: “Virginia, debes tener el valor y el amor necesario para aceptarlas a ambas, como hasta ahora”.
La aspiración debe ser expresar la divinidad, pero con humildad y gratitud. No debe negar ni reprimir sus limitaciones. Debe continuar siendo honesta e íntegra para verlas y permitirlas. No podemos llegar adonde queremos ir si primero no sabemos dónde estamos.


Momentos de confianza y sinceridad
Virginia, no soy quién para darte consejos, pero si deseos y el mió es que confíes en ti misma y en la vida. Confiar es verbo cuyo significado debe ser simplemente el permitir que la vida sea tal como es, deber ser el dejar marchar la necesidad de la mente de controlar la vida; confiar debe ser ver más allá de las apariencias y abrazar cada deseo dichoso como ya cumplido. Debes aprender a confiar cuando dejas marchar el miedo de la mente, con su limitada percepción de la vida. Abrazas la confianza cuando vives consciente de tu propia unicidad. Has demostrado ser alguien especial, alguien diferente, alguien único, ese alguien auténtico que, a veces está tan escondido, que se hace muy difícil hallarlo. Pero, allí estás, siendo un rayo de luz que brilla en la oscuridad, siendo un soplo de aire que calma las tormentas, siendo un sonido que silencia a los murmullos de los más ruidosos. Mi niña, en todo su camino, ha tenido fe en sus posibilidades. La fe es un pensamiento creativo, es saber en nuestro interior que tener el pensamiento de un deseo dichoso significa que éste ya está en camino. Con fe, has hecho que cada momento sea una oportunidad de crear una nueva vida, hermosa y maravillosa, mediante el amoroso e ilimitado poder del universo azul. Ha deseado sentir que su vida tenía un sentido y una finalidad: la música como medio de expresión de sus pensamientos y sus emociones. Su voz, su imagen y su personalidad lo han hecho realidad. Ella ha esperado que llegase su propio ciclo de crecimiento para auto descubrirse. Su flexibilidad le ha permitido adaptarse y avanzar en medio de los cambios.

Ella sólo ha pensado lo que quería experimentar, ha hablado sólo de lo que deseaba experimentar. Otros han creído que hablando de la forma que lo han hecho eran sinceros. Ellos no saben que lo que decimos suele ocultar nuestros verdaderos pensamientos, porque es raro que digamos lo que pensamos o que lo que decimos lo digamos en serio. La sinceridad no es decir todo lo que se piensa, sino que lo que dices, lo pienses de verdad. Una persona sincera no tiene que estar hablando y hablando en voz alta, o demostrando y demostrando emociones... Una persona sincera es aquella que cuando habla, que cuando se emociona, que cuando sonría sea porque así lo piense, así lo desea y así lo sienta.


Momentos de flexibilidad y comprensión
La capacidad de moverse con las necesidades del momento y la capacidad de ajustarse a ellas sin una rígida fijación: ella la cultivado la flexibilidad. Los otros inquilinos de la sala, se han mostrado rígidos en su actitud ante la vida, ante lo que les ofrecía esa nueva experiencia. Ellos no han mostrado ninguna disposición para fluir y cambiar. Ellos han optado por el no al cambio: ¡Asumid el riesgo de fracasar! Se han aferrado a lo que pensaban que era verdad y han perdido la oportunidad de experimentar verdades más grandes. Su vida ha sido más dura y llena de dificultades con tanta resistencia al cambio. Mi “pequeña mujer”, sólo te pido que te mantengas flexible en tu visión de la vida y ella te bendecirá con más libertad, con más flexibilidad. ¡Prepárate para crecer!
Mi interior se ha enriquecido con su personalidad. Ha remplazado los juicios por compasión y comprensión. En su forma de ser hemos descubierto a un ser que su pensamiento no está en creer que ha llegado a tal grado de perfección que le sea digno de juzgar las acciones de los demás. No proclama, declina, cualquier proclamación de que no tiene ningún error de pensamiento. Ese ser, que ha roto su burbuja y se ha mostrado ante nosotros, demuestra que sus pensamientos y emociones son su propia creación y siguen siendo limitados. Sólo podemos ver en los demás lo que tenemos dentro de nosotros. Las percepciones que tenemos y los juicios que hacemos de la vida son la medida de nuestro propio nivel de consciencia. Ella es guiada por su amor, todo lo ve a la luz de la compasión y la comprensión. Ha remplazado el juicio y el sufrimiento por paz y alegría. ¡Oh, cuánto te lo agradezco!
Por todo ello, te aconsejaré que no tengas miedo, no dejes que esa emoción te controle, ¡Úsala, sólo, para evitar el peligro! Has avanzado a través del miedo usando como arma el poder del amor. Tu confianza te ha permitido crecer en medio de tanto juicio y envidia: ¡Estás por encima del miedo!
Convierte el amor en su propia recompensa. Busca tu recompensa en el silencio de tu ser, no en la esperanza de reconocimiento verbal o ganancia material. Su crecimiento se debe basar en el amor y la compasión, no en unos ojos críticos, si no se creará culpa, no con actos de condena, porque enfermarás y no con sentimientos de rabia y odio porque estancará su alma.


Momentos de silencio con armonía
¡Qué maravilla! ¡Cuánta capacidad de oír y cuánta disposición a hacerlo! Mi Virginia, no se ha resistido a la verdad, a oír la verdad acerca de sí misma. ¿Qué pienso?, que los “problemas físicos de audición” son consecuencia de la rigidez de pensamiento, una actitud terca y el hecho de vivir de un modo inflexible. Problemas de audición por oír sólo lo que desean o están dispuestos a oír. Rara vez, ésas personas se permiten oír realmente la verdad. Ella es flexible de pensamiento, de actitud y de modo de vivir, oye lo que le dicen, oye la voz de su sabiduría interior, esa voz que nos habla en silencio mediante suaves impulsos que te han llevado a usar palabras y realizar actividades llenas de mayor amor y alegría. Esas vocecita, aún débil, le ha guiado a través de “tempestades” hacia un puerto seguro. Su verdadero triunfo personal y auténtico le ha encaminado para crear una verdadera obra de arte: su música. Con la música, hablar de amor y compasión ha sido fácil. Seguir escuchando la música en silencio, con el corazón y no con la mente, durante el suficiente tiempo que le permita reconocerla. Cundo escucho tu voz procedente de tu alma, en ese momento se transforma en música. Música que cruza el silencio hasta a mis oídos con armonía y paz.
Su música, su voz, su sensibilidad, son la armonía de toda la creación. Ella canta la música, no sólo con su voz, no sólo con sus oídos, no sólo con su mirada, sino con todo su ser. Con su música, calmo mi rabia y mi dolor. Con su música, vuelvo a sonreír, con su música la alegría ha envuelto mi vida. Con sus canciones, las estrellas me hablan de la eternidad. Con su melodía, escucho los murmullos del viento y cómo los grandes espíritus cabalgan sobre ellos. Su voz da coraje al coro de los ángeles, los ilumina con una luz azul resplandeciente. Su voz es la voz de mi vida y sus canciones llenan de melodías a mi corazón. Escucho su música, su voz, sus palabras, contemplo su mirada, sus expresiones, sus gestos transparentes, y todo ello hace que mi alrededor desprenda paz y armonía.


Momentos de “niña”
Una niña cariñosa, espontánea, creativa y aventurera, avispada y sensible, humilde, llena de gratitud, llena de sorpresa, se ha apoderado de mi corazón. ¡Por favor, que no se quede sentada sin hacer nada! Esa niña azul tiene una gran sabiduría. Sabe lo que es ser verdaderamente feliz. No debe limitar sus pensamientos. El ayer no le causa pesar ni se preocupa por el mañana que aún no ha llegado: el mañana lo recibe con los brazos abiertos, como una gran oportunidad. El poder de su amor interior es su mejor aliado, es su mejor amigo, es quien le ayudará a solucionar y disolver los aparentes problemas que surjan en su camino. Así será, más si los rostros del temor y la limitación son eliminados.
¡Permitid mi niña que el amor que hay en tu interior salga! Conviértete una vez más en esa niña azul. Esta situación te brindará una nueva gran aventura, te brindará nuevos descubrimientos, te brindará la oportunidad de jugar con la vida.
A esa niña azul, a nuestra “mariposa azul”, con el tiempo la he llamamos “niña” porque como los niños ama sin condiciones, “juega” con la vida con su mejor creación: la música. Crea alegría en cada momento alejando el miedo a ser juzgado y condenado. Virginia, ¡No debes abandonar el status de “blue baby”! ¡Debes experimentar siempre la alegría de simplemente ser! Busca dentro de ti, en la calma de cada momento, esa especial finalidad de tu vida: ¡Expresa las emociones con tu voz y con tu música! ¡Siempre serás especial!, ¡Siempre serás única!, ¡Siempre serás amada!, sea cual sea la forma que adopte tu lugar en el mundo.


Momentos de amor y bondad
En su ser interior, el hablar del bien y del mal es examinar las dos caras de una misma moneda. Es una sola moneda con una dualidad de perspectivas. Fácil es entender la diferencia si uno acepta que una moneda es sólo una moneda.

Odiar es olvidar el amor, mentir es deformar la verdad. Dicen de ella y de su protector que se han mentido, que se han equivocada. Pero, ¿no es relativa la verdad? Rotundamente si, pues depende del punto de vista del observador. Correcto y equivocado, bueno y malo, son polaridades, juicios emitidos por la mente. Para Virginia, que muy bien ha manifestado, si no con las mismas palabras si con el mismo significado, nadie es tan notable ni suficientemente sabio para ser el juez de otra persona.

Ella contempla la vida sencillamente como es, así sólo existe amor en el corazón de la vida. No dudéis, la bondad que ha ofrecido le será devuelta multiplicada por mí. A ella le gusta sentirse segura, es exigente consigo misma, lucha y se sacrifica por las causas nobles, es delicada, ama el buen criterio y el misterio, busca la aprobación en las personas importantes. En su mente, se halla esa persona de pensamiento firme, que se expresa como un pensador ágil, con capacidad analítica y con una extraordinaria tendencia a armonizar contrarios. En la distancia, mi corazón ve en ella a una persona cordial y alegre, a una persona cuyo sentido del humor y comprensión con los suyos la convierten en una persona necesaria en la vida de los que la conocen. A una persona con una gran capacidad creativa y original. Nuestro mundo se ha llenado de su actitud de amor. Ella, carente de actitud de miedo y odio, carente de condenas y juicios a desconocidos, irradia una luz celeste desde su alma, una luz que envuelve y transporta a los seres que la rodean a un universo lleno de hermosura y resplandores. En ella, el acto de amar es conocer la vida y conocer la vida es formar una unidad con ése universo.

En ella, el amor ha sido dado sin condiciones ni expectativas, sin esperar expresiones de gratitud. Nosotros le enviamos amor para que lo reciba como siempre lo ha recibido, con humildad y con el corazón agradecido y silenciosa gratitud, porque lo que nos ha dado se lo devolveremos aumentado. Quien da es quien más recibe y quien recibe es quien más da, y esto os aseguro que es verdad porque así lo he percibido y recibido de ella. Todo lo que sale de ella en palabras, pensamientos o actos vuelve otra vez a ella con los mismos sentimientos con que los envió: AMOR. Y es mejor dar algo al corazón de diez personas que a la mente de diez mil.

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