Hace poco más de un año, que Virginia Maestro se proclamó ganadora, con total merecimiento, de la sexta edición de OT. Ganó la persona que buscó con más ahínco su sueño, la persona que aportó cosas nuevas a un formato demasiado repetitivo, la persona que luchó con todas sus fuerzas contra todos aquellos que la quisieron ver hundida (algunos profesores, algunos miembros del jurado, presentador y algunos más de la productora).
Conociendo la forma de ser de Virginia, esa forma que conquistó el corazón de miles de fans, no me extraña que diga que ella siente que no ganó ningún concurso. Yo no voy a contradecirla porque el respeto que le tengo es tan grande que no soy quien para decir lo que debe pensar. Eso si, puedo hablar en mi persona y eso es lo que haré. Hace más de un año, en mi pantalla, sin querer ella y sin querer yo, apareció una persona cantando una canción que no tenía nada que ver con el típico repertorio que nos ofrecen los concursantes y el programa, allí apareció una persona sencilla, humilde y con una voz enriquidora y una mirada transparente. Apareció alguien que poco a poco fue ganándose el corazón de miles de personas. Personas que hasta ése momento les gustaba la música, la escuchaban e iban a algún que otro concierto. Sin embargo, la música es algo más que oir una voz, es algo más que ver una cara o que ver un gran montaje sobre un escenario. La música es TODO SENTIMIENTO, es TODA EMOCIÓN, es TODA SENSIBILIDAD. Y ella cuando canta, cuando toca un insturmento, todo esto y mucho más nos lo transmite. Escuchándola a ella uno se emociona, uno siente.. qué siente ? pues, siente y basta. Al escucharla se nos despiertan mil y un sentimiento, nuestra sensibilidad invade cada célula de nuestro ser.
Ella considera que ha ganado cuando está en un concierto, cantando para todos y cada uno de nosotros y viéndonos felices escuchándola. Aunque es digno decir que cuando la oímos cantar, todas y cada una de las mareas esparcidas por el mundo, también ganamos. Qué ganamos ? todo aquello que tenemos en nuestro interior y que ha permitido que cada uno de nosotros nos unamos para crear el universo más humano y grande que he visto jamás: LA MAREA AZUL. Con ella, nuestro corazón gana en sensibilidad, en generosidad, en humildad, en sentimiento ... y que, en definitiva, nos permite ganar en felicidad. Nunca antes había experimentado tantos instantes de felicidad en tan corto tiempo. Y todo esto y mucho más se lo debo (quizás me permitís decir se lo debemos) a ella.
Ojalá tuviese todo el tiempo del mundo para no dejar de asistir a sus conciertos, porque estoy convencida de que no hay dos que sean iguales, en cada uno las emociones son diferentes y todo esto nos enriquece como personas y para compartir esos momentos con otras “mareas” que tu has hecho que hoy en día estemos unidos con un mismo sentimiento: verte, oirte, sentirte, no dejar de sonreir y dibujar sonrisas sin parar, ...
Felicidades !.. felicidades por aparecer en nuestras vidas ahora hace más de un año, felicidades por continuar allí y aquí, felicidades por ver cumplido tu sueño y por hacer realidad el de muchos de nosotros, felicidades por ser el punto de unión de una fuerza, la de la marea azul, y por permitirnos conocer a unas personas diferentes pero con el mismo corazón y el mismo deseo: escuchar sin parar tu música y verte cada día más feliz. Y desearte que los cambios que se avecinan te llenen y te lleven, aún más, a tu sueño porque esto querrá decir que nosotros podremos continuar soñando contigo y tu música.
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